Me he sabido tomar muchas molestias, he vuelto a recorrer
caminos de los cuales sus rutas había borrado de mi memoria, me he sorteado con
la luna noches de desvelos, he vuelto a mirar unos ojos negros, de nuevo me
encuentro en la incertidumbre del amor, de la costumbre, del cariño, sigo paso
a paso cada huella o vestigio de algo que me diga que continúe, que no pierda
la esperanza, le estoy dando más tiempo al tiempo como si él, ese loco minutero
algún día me devolviera los segundos y momentos que paso esperando alguna
respuesta, algún acto que me diga, que me de la plena certeza que son estos mis
ojos, y que es esta mi boca aquel sueño que
un día se despertó al vernos frente a frente.
Un sortilegio, todo se posa en las manos del destino, aquel
destino que me gustaba negar, y ahora me
encuentro en vilo, en un rincón, un rincón lleno de silencios, lleno de
palabras que no se dicen, lleno de momentos que se recuerdan, estoy en un
rincón esperando que este destino que se
juega mi anhelo me diga, me susurre, una palabra, un nombre, tú nombre. Pienso, escribo y sé soñar, más no bastará, no
para ti, y aún así no encuentro manera para dejar de pensar, para dejar de
esperar porque tal vez si sigo robándole aire a la mañana, si sigo otorgándole tiempo
a esta espera, tal vez un día sin que me dé cuenta, sin que nadie más lo note, tal
vez tú empieces a quererme.