Arboleada

Sentada ella estaba, justo debajo de aquel árbol floreado, la luz traslucida que se enredaba entre ramas, hojas y marañas resaltaban el resplando de su belleza, belleza natural, vida, ternura, esencia de mujer amante, amante de la luna que esboza su resplendor en las noches, con el soplo de la brisa puedo persivir un dulce y único aroma que emana cada fibra de su cuerpo, y entonces sus ojos me miran fijamente, tan grandes y achinaditos, tan llenos de sinceridad, ellos resplandecen con cada parpadeo que hacen, yo me paralizo, sus labios parecen entreabrirse, y entonces todo mi ser se llena de fuego que recorre y quema mi pecho, su boca emite un solo sonido que suena a perfección celestial y entonces yo muero, y muero porque cada parte incompleta y defectuosa de mi ser le pertenecen a ella, a esa creatura divina, hija de venus, ella aún no lo sabe pero los años no pasan en vano ... yo acá sigo mirandola cada día cuando almorzando sentada debajo del árbol floreado ella esta.

Ron y letras.

Dicen que si escribes te liberas, sacas lo que llevas dentro y de pronto unas simples letras se convierten en los pensamientos que se esconden en lo profundo de tu cerebro. Pues yo no escribo para liberarme o quitarme un peso de encima, yo escribo porque cuando escribo la veo, a ella, tan dulce, tan buena, tan intocable, llena de gracia y perfección, ella es lo que mas anhelo, lo que mas quiero, a ella le escribo, porque cuando la veo me inspiro, la siento cerca, veo sus claros y almibarados ojos, mi ser se ilumina con su invisible presencia, el mundo deja de existir, solo estamos ella, yo y unos simples versos que aguardan el momento para ser recitados. Debo seguir escribiendo, no puedo parar, la necesito, ella se va si no escribo, una, dos, tres botellas de ron y un par de letras y entonces la veo, ahí esta sentada, me mira, me sonríe, la siento en mi piel aunque ella nunca me toca, sus labios siempre tan rojos y frescos, puedo sentir sus besos, aunque ella nunca me besó. No entiendo por dios, no logro entender, le hablo pero mis palabras se ahogan en el vació que nos separa, ella no me escucha, solo me ve escribir, no puedo parar, la necesito conmigo, tengo que seguir escribiendo y bebiendo en nombre de su nombre, en nombre de mi amor, en nombre de los dos.