L'amour

L'amour

sábado, 23 de junio de 2012

A ti, con él, por ellos, para mi.

Se me olvido borrarte, eliminarte, olvidarte, matarte, desenredarte de mi, sacarte de adentro, de mis entrañas, borrar los recuerdos, enviarte lejos, desconocerte, desdibujarte, dejar de leerte, pensarte, cantarte, tenerte presente, se me olvidó que ya no estas, que el olvido sabe agrio y que los recuerdos son tan severos como el limón en una herida abierta. Ayer te tuve acá de nuevo, hoy ya no existes y mañana sera de nuevo olvido, como circulo vicioso, vienes y te vas, como un fantasma que me persigue, si no te saco; ¿que sera de mi? La soledad sabe a compañía, él esta conmigo y yo con él y ambos estamos con otra persona dentro, nos duele el mundo, nos persiguen, nos cogen, nos botan, estar y no estar, vernos o no, ya no somos ni uno ni dos sino tres, cuatro o mas. Las camas parecen cárceles, dormir es la opción que ofrece el día, descansar, esperar y entonces darse cuenta que se me olvido que te olvidé, que ya no existes, que te dejé, que ya no estoy allá, que te maté y que ya no volveremos al mismo lugar en donde alguna vez corría el aire entre nuestras manos, ya no estoy para ti, dejaste de importarme. Estoy yo sentada leyendo acá con cafe y cartas, amigos, entonces no se preocupen que salgo a flote, flotando, cantando, volando con aves de papel,  somos todo y no somos nada, fuimos todo y ya no existimos mas.

PD: Ya no te amo, a ti te quiero, a ustedes les debo, a mi me canto.

sábado, 9 de junio de 2012

High flying birds

Le pedí una rosa roja y grande, entonces me dijo que esperara al día siguiente y obtendría un obsequio que me dejaría sin palabras. Cortada por la ansiedad el día se hizo lento, eterno, no podía aguantar la exaltación por que llegara ese día siguiente con la rosa mas bella del planeta o al menos eso era lo que yo creía me daría, era la hora de siempre en el lugar de siempre, una extraña cotidianidad manejaba nuestros días pero a ninguno parecía molestarle, la costumbre nos ponía dichosos ya que siempre había una palabra nueva o un descubrimiento dentro de esa habitualidad que hacía tornar en mil grullas lo que nos rodeaba, él se acerco a mi desde atrás me agarro de la cintura, me planto un beso en los hoyuelos al lado de la esquina superior de mis labios y me dirigió una sonrisa de satisfacción y alegría como cuando uno sabe que hizo algo muy bien y nada puede salir mal, entonces metió la mano a su bolso, yo esperaba la rosa, a cambio saco una hoja de papel doblada en origami que formaba una especie de ave, en efecto era un ave, la miré durante unos segundos y supe que era ese instante el momento de sonreír fielmente abrazada a la felicidad de saber que tenía alas de papel para volar acompañada.